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jueves, 24 de diciembre de 2009

Capítulo Milésimo quingentésimo vigésimo octavo: "Nos preguntamos ¿quién me he creído para ser brillante, espléndido, talentoso, sensacional?, pero en realidad, ¿quiénes nos hemos creído para no serlo?" (Marianne Williamson, 1952, escritora estadounidense) ... o como dijo alguien que una tarde estaba inspirado, si un día te sientes inútil y deprimido… ¡¡¡recuerda que fuiste el espermatozoide más veloz de todos…!!!
Hasta el cuatro de enero. ... ... más "historias extra-ordinarias" todos los días Todos los "capítulos" de "tantos hombres y tan poco tiempo"

lunes, 21 de diciembre de 2009

Capítulo Milésimo quingentésimo vigésimo séptimo: "Las pirámides son el mejor ejemplo de que, en cualquier tiempo y lugar, los obreros tienden a trabajar menos cada vez". (Pierre Chamblain de Marivaux, 1688-1763; dramaturgo francés) Vienen los listos, los estudiosos, los serios, los aplicados en la materia, y te dan la gran explicación: "las pirámides las hicieron los extraterrestres". Entonces tu te quedas mirando esa mole en el desierto y se te ocurre la gran pregunta, "¿pero para qué?" Y entonces ellos, los listos, los estudiosos, los serios, los aplicados en la materia, te dan una explicación científica todavía mejor, “las pirámides eran como enormes acumuladores de energía”. Y es entonces cuando te surge la pregunta definitiva: ¿pero para qué? Yo, que las he visto, lo puedo afirmar con conocimiento de causa: las pirámides, a las que tienes que entrar agachado y que por no tener no tienen ni ventanas, son una cosa tonta. Que quedan muy bien en mitad del desierto, sí, pero una cosa tonta. Otra vez lunes, con un frío que pela, nevando -esta vez bastante- y con sueño, mucho sueño. Esto empieza a parecer el día de la marmota.
... rubia obsesión Todos los "capítulos" de "tantos hombres y tan poco tiempo"

sábado, 19 de diciembre de 2009

Capítulo Milésimo quingentésimo vigésimo sexto: " Si ya en cualquier todoacien te venden tropecientos mil metros de papel para envolver por un euro ¿por qué seguimos desenvolviendo los regalos cómo si estuviéramos desactivando una bomba? (Mateo B, 28 años, ¿por qué lo llaman emprendedor cuando quieren decir autónomo?) Salida el fin de semana. A primera hora, con apenas la primera copa encima, todo es ver defectos. Los tuyos: que si se te ve mucho el grano, que si el pelo no te ha quedado colocado, que si el paquete no abulta lo que debería. Y, sobre todo, ajenos: que si tiene la nariz grande, que si ya pasa de los diecinueve, que si no tiene culo. Algunas copas después, los pequeños defectos, sobre todo los ajenos -como una malformación congénita o similar- te empiezan a dar igual. La solución es simple: salir ya de casa con el “te da igual” puesto. Una buena tajada justo antes de salir ahorra muchos inconvenientes. ... más "historias extra-ordinarias" Todos los "capítulos" de "tantos hombres y tan poco tiempo"

jueves, 17 de diciembre de 2009

Capítulo Milésimo quingentésimo vigésimo quinto: "Es preciso elevarse con las alas del entusiasmo. Si se razona, no se volará jamás". (Anatole France, 1844-1924; escritor francés) Empiezan las vacaciones, empiezan los viajes. Y empiezan las quejas. A los modernos les ha dado por decir eso de: ¡“huy, es que me da miedo volar”!.. Tú eres tonto, a ti lo que te dará será miedo a que se caiga el avión, pero volar... Bueno, bahhh, sí, venga, lo reconozco, yo cada vez que viajo en avión también tengo ese momento de angustia, ese momento de indecisión, ese momento de recelo, de temor, de miedo... es justo ese momento cuando te preguntas ¿mis maletas habrán cogido el mismo vuelo que yo? ... en camisa de once varas Todos los "capítulos" de "tantos hombres y tan poco tiempo"
Capítulo Milésimo quingentésimo vigésimo cuarto: "El dinero es como el agua salada; cuanto más se bebe, más sed da" (Arthur Schopenhauer, 1788-1860; filósofo alemán) Una proposición indecente, 1993, drama romántico dirigido por Adrian Lyne, y protagonizado por Robert Redford y Demi Moore. Argumento de una película que dura casi dos horas: un tío que le dice a otro, “te doy un millón de dólares si me dejas acostarme con tu mujer”. En España con semejante historia, no hubieran hecho ni un corto. ¡Qué digo un corto.. ni un anuncio de los de a veinte segundos!

martes, 15 de diciembre de 2009

Capítulo Milésimo quingentésimo vigésimo tercero: "Hay más problemólogos que solucionólogos" Mafalda, 1964; estudiante) Soy inteligente y tengo pruebas. En el colegio una vez, un señor al que llamaban "psicólogo", con pinta -he dicho pinta- de persona inteligente, barba, camiseta marcando lorzas y unas gafas de pasta que continuamente se le resbalaban por la nariz, le dijo a mi madre: “su hijo es muy inteligente, un poco vago, sí, pero él puede hacer lo que quiera, es un niño muy listo, lo que pasa es que no se esfuerza”. A ver cuantos pueden decir lo mismo. A ver. ... en camisa de once varas Todos los "capítulos" de "tantos hombres y tan poco tiempo"
Capítulo Milésimo quingentésimo vigésimo segundo: “¿Has conocido a la pareja perfecta? ¿Dos almas gemelas cuyo amor nunca muere?, ¿dos amantes cuya relación nunca se ve amenazada?, ¿un marido y una mujer que confían el uno en el otro por completo?... Si no has conocido a la pareja perfecta permíteme que te la presente: están en lo alto de una capa de merengue (tarta nupcial) ¿el secreto de su éxito? bueno, nunca tienen que mirarse a la cara”. (Mary Alice Young, Mujeres desesperadas, 2004) Mujeres meando en retrete público. Adopción de la postura de luchador de Sumo debido a dos principales razones, a saber: está frío y les da asco. Al intentar por todos los medios que su culo (¿no tendrá algo que ver el tamaño del culo de las mujeres con haber meado sentadas toda la vida -por la evolución y eso digo)- no roce con el material del retrete, transforman su manos en ventosas que se pegan a los baldosines de la pared. A un lado. Al otro. Si hay amiga, se quita de las baldosas y se agarra a la amiga, que tensará sus manos para que su amiga no toque la taza del retrete. Al acabar la amiga avisará a la que sujeta y ésta dará las correspondientes sacudidas de amiga. Me ha costado documentarme muchos años, soy consciente, pero no hay esfuerzo baldío si el aprendizaje me sirve de acercamiento para empezar a entender (aunque sea minimamente) el ininteligible universo femenino. ... rubia obsesión Todos los "capítulos" de "tantos hombres y tan poco tiempo"

viernes, 11 de diciembre de 2009

Capítulo Milésimo quingentésimo vigésimo primero: "Al reloj parado le queda el orgullo de que dos veces al día señala la hora que es” (Ramón Gómez de la Serna, 1888-1963; escritor español) Cuando llega la época del celo la mayoría de los animales resultan (resultamos) ser poco selectivos a la hora de buscar un apaño que pudiera aliviarnos de los naturales e incontinentes apetitos lúbricos. En tiempos de guerra todo agujero es trinchera. Sin embargo, el asunto no es caprichoso. Gracias a esta estrategia, por ejemplo, no sólo los feos también podemos pillar cacho alguna que otra vez (aunque tengamos que esperar a altas horas de la madrugada para logralo) sino que seres mucho más inteligentes que nosotros, como las plantas, pueden engañar a una mayoría de insectos que, verracos perdidos como van, confunden su corola -la de la planta- con una hembra de su especie y acaban pegándole un buen revolcón para así, sin saberlo, transportar el polen de su compañera ocasional hacia la próxima conquista. Aunque no todos son tan inconscientes. Los grillos mormones, por ejemplo, no se dejan engañar tan fácilmente y usan un método que les suele dar muy buenos resultados: antes de ponerse a retozar con una presunta, la elevan en el aire eligiendo, para intercambiar sus fluidos, a aquella que más pese, a la más gorda, reduciendo así las posibilidades de acabar cohabitando con la primera hoja en forma de grilla mormona que se le cruce en el camino. Curiosamente, y a pesar de los muchos estudios que sobre el tema se han realizado, la tasa de anorexia entre la población femenina de esta especie es inexistente. ... más "historias extra-ordinarias" Todos los "capítulos" de "tantos hombres y tan poco tiempo"

jueves, 10 de diciembre de 2009

Capítulo Milésimo quingentésimo vigésimo: “Con palabras agradables y un poco de amabilidad se puede arrastrar a un elefante de un cabello”. (Proverbio persa) Desde muy antiguo, la mujer dice que el hombre es, entre otras muchas cosas, cruel, despiadado, bravucón, egoísta, traidor, ingrato, agresivo, fantasma, depredador, jugador compulsivo de videojuegos, sucio, comodón, lujurioso, infiel, canalla y embustero. Y, por añadidura, fanático de los partidos de fútbol. Por su parte, el hombre sostiene que la mujer es, entre otras muchas exquisiteces, cotilla, terca, pécora, ladina, lenguaraz, astuta, porfiada, obstinada, cruel, infiel, charlatana, lasciva, tozuda, despiadada, lujuriosa, y embustera. Y, por si fuera poco, gorda. Es asombroso que teniendo semejantes opiniones los hombres y las mujeres los unos de los otros y los otros de los unos, hayan accedido ambos a colaborar tanto en las maniobras indispensables para la perduración de la especie. Y tantas veces. Debo de tener el día reflexivo hoy. ... de oca a oca Todos los "capítulos" de "tantos hombres y tan poco tiempo"
Capítulo Milésimo quingentésimo decimonoveno: “Habría que tener un poco más de respeto con las muñecas hinchables... las pobres han visto cosas muy duras”. Andrés Z. 23 años, estudiante) Razones por las que nunca va a triunfar la píldora masculina. Ya es difícil imaginar que los hombres, seres que nacemos, crecemos, nos desarrollamos y morimos despistados de serie, nos podamos acordar de tomar una pastillita todos los días, difícil, muy difícil. Sin embargo hay otra razón mucho más importante: las mujeres tienen algo que podríamos llamar autocontrol; ellas están en casa con el apaño, éste se pone retozón y ella es capaz de decir “naaaa, venga, déjalo, para, para, paaaara.. que no me he tomado la píldora”, se levanta, va a la cocina y se come un paquete entero de galletas de chocolate. Prueba a hacer eso con un tío. ... tócame roque Todos los "capítulos" de "tantos hombres y tan poco tiempo"

viernes, 4 de diciembre de 2009

Capítulo Milésimo quingentésimo decimoctavo: “Por la noche la gente que quiere meterse algo se va al retrete y la gente que quiere mear se va a la calle, en cambio por el día sucede justo lo contrario". (Cesar F. 25 años, diseñador de interiores) Una ruptura siempre es una situación desagradable en la que cualquier cosa que digas lo único que va a hacer es empeorar la situación. Usar la sinceridad no es una buena táctica. - “Mira, no eres lo suficientemente bueno para mí, pienso que me merezco algo mejor, mucho mejor; además, desde hace un par de años estoy con otro, más guapo, más joven y que está más bueno que tú. Ahí te quedas”. Mal, muy mal. La sinceridad duele. Es mejor dejar a alguien contándole una mentira, no sé, del tipo: “cariño, de verdad, te quiero mucho, pero tengo que dejarte porque, jope, la tienes demasiado grande”. ¡Eso sí anima! Por muy deprimido que te quedes, por muy destrozado que te deje, siempre te quedará ese punto de moral al que agarrarte para salir del abismo. Días de (presunto) descanso. Hasta el miércoles pues.
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jueves, 3 de diciembre de 2009

Capítulo Milésimo quingentésimo decimoséptimo: “Es una ley inexorable en la vida de los sexos, la acción anafrodisíaca de la costumbre” (Gregorio Marañon. 1887-1960; médico y escritor español) La maquinilla de afeitar y el rollo de papel de culo. Parece mentira que las dos únicas cosas con doble (y hasta con triple) capa que habitualmente manipulamos tengan unos usos tan distintos. Porque sería de tontos afeitarse con papel de culo por más capas que tuviera… pero limpiarse con la maquinilla. ¡Ayyyyyy! ... inútil gasolina Todos los "capítulos" de "tantos hombres y tan poco tiempo"

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Capítulo Milésimo quingentésimo decimosexto: “Las dos palabras más bonitas que te pueden decir no son “te quiero”, sino “es benigno” (Desmontando a Harry, 1997; Woody Allen) Al hilo de los comentarios ombligueros de ayer me ha surgido trabajo para esta mañana. Muy respetuosamente pienso escribir una carta a mis superiores en la que, acogiéndome a la libertad religiosa que me otorga la ley, pasaré a comunicarles mis nuevas condiciones laborales, condiciones que tendrán que cambiar sustancialmente después del paso de mi anterior situación, la de agnóstico convencido, a la actual como ferviente seguidor de los monjes hesicastas y de sus sabias, cultas e inteligentes enseñanzas. Estos monjes, originarios de la antigua Grecia, practican la onfaloscopia. Sus reglas -que desde ahora yo tendré que cumplir a rajatabla y mis jefes tendrán que respetar de forma escrupulosa- no pueden ser más sencillas: un único precepto que impone una única técnica de oración -a realizar sólo cuando uno la necesite- consistente en la contemplación del propio ombligo y en la repetición de un nombre –el que uno a bien elija- al ritmo de la propia respiración. Una vez satisfecho tal estado contemplativo, de tiempo variable según las necesidades que tenga cada uno, el resto del día es de libre disposición a cargo -por supuesto- del Estado, que para eso tiene el deber de subvencionar a las organizaciones religiosas sean del tipo que sea. Y si encima resulta ser la verdadera, como evidentemente es el caso, pues con más motivo. Lo dicho. Si (como parece que se va a producir esta misma mañana) tengo un ataque místico onfalóscopico de no te menees y necesito meditar en mi misma soledad para encontrarme a mí mismo, no sólo van a tener que respetar mi libertad de culto sino, además, favorecerlo en todo lo que esté a su alcance, proporcionándome unas mínimas condiciones para poder desarrollar la espiritualidad que llevo dentro. Por cierto, voy a ver si me dejan una almohada, que echar una cabezadita en una mesa de madera -por muy pulida que esté- acaba cortándole los chakras a cualquiera. Y así no hay manera de cumplir unos mínimos prefectos onfaloscópicos.
... el tamaño no importa Todos los "capítulos" de "tantos hombres y tan poco tiempo"

martes, 1 de diciembre de 2009

Capítulo Milésimo quingentésimo decimoquinto: “La tinta más pobre de color vale más que la mejor memoria”. (Proverbio sueco) Al final la verdad triunfa. Resulta que mis habituales problemas para venir al trabajo (a trabajar ya uno ni se lo plantea) no estaban causados –como siempre me habían hecho pensar- por ser un holgazán redomado y un vago sin remedio, no. Es que soy clinómano. Hola, me llamo Peluche y soy clinómano. Después de los correspondientes estudios clínicos, innumerables pruebas de laboratorio, búsqueda de posibles antecedentes y un detallado diagnostico diferencial con otras enfermedades que un servidor pudiera (o pudiese) padecer (entre ellas la kirstakosteoepsomanía, - tendencia a retorcerse constantemente el bigote-, la ganomanía, -obsesión por contraer matrimonio- o la ginecomanía, -deseo sexual insaciable por una mujer-) ya tengo un diagnóstico claro: padezco clinomania, enfermedad crónica caracterizada por un solo síntoma: la inclinación o afición exagerada a permanecer en la cama o en decúbito horizontal.
Ahora a ser bueno y a cumplir escrupulosamente el correspondiente tratamiento que, como en todas las enfermedades de este tipo, será largo, muy largo, y de evolución muy, pero que muy lenta. Hasta la jubilación. Por lo menos. ... la punta de los zapatos Todos los "capítulos" de "tantos hombres y tan poco tiempo"

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