copia de seguridad

martes, 31 de mayo de 2011

Capítulo Milésimo octingentésimo trigésimo tercero: “Carnicero despedido por despachar un kilo de ternera con mil gramos” (Agencias) Y digo yo: si a los presupuestos generales del Estado, que ascienden a 185.249 millones de euros para este año, se les quitara un milloncejo (o dos) para dárselo a un servidor; ¿es que se iba a notar? No creo que ello desequilibrara la contención del gasto público o alterara los brotes verdes esos que nunca llegan... El presupuesto se quedaba en 185.247 millones, que es igual, y un servidor..., pues ya sentiría un alivio. Una solución tan fácil y que encima se la doy ya resuelta para que no tengan que hacer nada.. y ni por esas. Luego querrán que les vote. Sí, ya.
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Capítulo Milésimo octingentésimo trigésimo segundo: "Si hay alguien pesimista y catastrofista ésos son los verdes, que ya usan el nombre del color del que se van a poner en cuanto nos afecte la radioactividad” (Pedro G., 34 años; parado) Comenzaba este fin de semana y la visita ha sido obligada. Las observaciones, también. Quienes se disponen a asistir a la feria para comprar un libro, ha de seguir al pie de la letra una serie de mandamientos, sin los cuales, la compra en cuestión resultaría ordinaria. Porque no se trata de llegar a la barraca y decir cuánto, tanto, envuélvamelo que me lo llevo. No, la cosa tiene su ceremonia, su cuento y su gracia. Veamos. En primer término, uno debe vestir las mejores prendas, en este caso, las más cursis pues nos encontramos en primavera. Sí, uno debe ir como los chorros del oro, bien duchado, bien perfumado, con el clavel en la oreja y toda la familia, suegra y gato incluidos. En segundo lugar, uno debe inspeccionar puesto por puesto, abrazarse con algún escritor que en ese momento esté firmando ejemplares, poner los libros al trasluz, calcular su peso y la buena encuadernación. Pero esto ha de realizarlo de modo que todo el mundo observe que sí, que hay en él un auténtico amante de la buena calidad. Por último, uno ha de apoyarse a meditar durante algunos minutos sobre el mostrador, vamos, como si se tratase de algo absolutamente trascendental. Luego, tras dar unos pasos atrás, mirar éste ya aquel libro, como indeciso. Y por fin, a gritos, decir: "Este, me llevo este libro". Entonces a uno se lo envuelven, los defensores de la inteligencia le aplauden, los editores le besan y la mujer de al lado, que todavía no se ha decidido, se emociona como sólo saben emocionarse las mujeres al comprobar que alguien ha cometido una locura. La locura de haber comprado un libro en pleno siglo XXI.
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viernes, 27 de mayo de 2011

Capítulo Milésimo octingentésimo trigésimo primero: " El hombre es la cabeza, pero la mujer es el cuello, y el cuello siempre es el que puede mover la cabeza cuando quiera. (Proverbio griego)
Pero !cuánto daño hacen las revistas femeninas! !Cuánto daño!... ¿Es que no saben que si les añades un trago de coca-cola a la vez la cosa mejora exponencialmente? Las cosas hay que explicarlas bien. Falta profesionalidad.
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jueves, 26 de mayo de 2011

Capítulo Milésimo octingentésimo trigésimo: "La petición es cálida, el agradecimiento es frío. (Proverbio alemán) El niño miró a su padre con displicencia, a su madre con sorna y con desprecio al mundo. Escupió en dirección al mantel que había cubierto la mesa durante tres generaciones. Todos bajaron la vista respetuosamente. Y el niño pasó con cruel majestad entre sus súbditos voluntarios y fue a sentarse en el sillón que el padre había abandonado precipitadamente: la última vez que se descuidó, una patada en la espinilla le recordó quién era el rey de la casa. - Ezta sopa es un azco. No guta. ¡Quiero pizza! Y se retiró a sus aposentos a descabezar muñecos, destripar coches y machacar a los guerreros del último juego de la wii mientras la madre, angustiada por haber contradicho de aquella cruel manera a su hijo, buscaba ansiosa el número del telepizza.
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miércoles, 25 de mayo de 2011

Capítulo Milésimo octingentésimo vigésimo noveno: “Bienaventurados los que no tienen nada que decir y resisten la tentación de decirlo”. (James Russell Lowell , 1819-1891; poeta estadounidense) Ya está bien: vamos a prevenirnos del fracaso de todos los años. De este no pasa. Si empezamos ya tendremos tiempo suficiente para vencer las bromitas reticentes de los compañeros de trabajo, de los vecinos y hasta del señor que pasa por delante y siempre nos mira con gesto de indolencia. Con este ingenioso truco estas vacaciones van a ser distintas. A la vuelta podremos mostrar a los amigos y (sobre todo) a los enemigos el bello souvenir, testimonio de nuestro resistible atractivo. Una incontestable prueba de nuestro triunfo. Bastará con recortar una foto de carné (actual) y pegarla en el espacio en blanco. Como ejemplo presentamos dos modelos a convenir según necesidades: el solitario de piscina (1) y el modelo rodriguezdeciudad (2), especial para cabezas gordas.
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martes, 24 de mayo de 2011

Capítulo Milésimo octingentésimo vigésimo octavo: "A los pobres habría que prohibirles hablar de dinero, porque nadie debe hablar de aquello que no conoce" (Raúl H. 17 años, acampado en Sol) Te sientes romántico y te pones a escribir un poema, un simple y hermoso poema que refleje los convulsos tiempos en los que nos está tocando vivir. Neorrealismo romántico en estado puro. -El zapato me aprieta. Aquí creo necesario aclarar que esa primera línea no lleva implícita una velada crítica a ningún sistema social, ni nada. "Aprieta" no debe tomarse como imagen de clima opresivo y el "zapato" es tan solo eso: un zapato. - El calcetín me da calor. Hablo de mí calcetín, por supuesto. Oseasé, una austera media varonil; no de esas que ciñen intimidades femeninas a las que no ha sido mi intención referirme en ningún momento. - Y ese yogurín de enfrente me tiene loco de amor. A ver, amor en el más puro de los sentidos, entiéndase bien. Conozco a sus padres, personas de moral intachable y ejemplo de lo que debe ser una familia. Por tanto que nadie imagine situaciones equívocas. Sólo como aclaración: he querido dejar todo bien reseñado no vaya a ser que alguien crea que yo soy uno de esos cretinos que, aprovechando que se puede hablar de todo, se dedica a lanzar ataques gratuitos sobre colectivos minoritarios protegidos algo que, inevitablemente, me llevaría al ostracismo cultural. De todas formas, tal y como se están poniendo las cosas…¡Qué difícil es intentar ser un poeta políticamente correcto!
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lunes, 23 de mayo de 2011

Capítulo Milésimo octingentésimo vigésimo séptimo: “Cuando llegues a la última página, cierra el libro” (Proverbio kazajo) Profundas (e incuestionables) reflexiones para el díadespués: - Por mucho que nos gusten las flores, donde esté el marisco. - Para eliminar en un 50% los peligros de la contaminación atmosférica basta con respirar una vez sí y otra no. - Las baladas, mejor que los compositores, las hacen las ovejas. - Los pobres odian a los ricos y los ricos temen a los pobres. Pero el día que los pobres se hacen ricos y los ricos pobres, entonces los pobres odian a los ricos y los ricos temen a los pobres. - Después de leer un periódico, siempre me digo lo mismo: me está bien empleado. Y una verdad que, en forma de frase, (casi) todos aprendimos en el colegio de una forma incompleta pero que la vida ha terminado por rematar: el cuerpo humano se divide en tres partes: cabeza, tronco y extremidades... Pero sólo se multiplica por una.
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viernes, 20 de mayo de 2011

Capítulo Milésimo octingentésimo vigésimo sexto: “Hasta después del llanto más sublime siempre acaba uno por sonarse” (Heinrich Heine, 1797 - 1856; poeta alemán) Tras amar desaforadamente a cuantas mujeres se lo consintieron, es decir, todas las de la comarca, incluida su propia esposa (a la cual disfrazaba de vecina foránea por el qué dirán, Arcadio José Guerrero Duermemozas, (más conocido como pepe) aburrido de tan plurales y, al parecer, insípidas relaciones extramatrimoniales, optó por encamar con una angina de pecho que, en vísperas de la procesión del Corpus, la Providencia le sirvió en bandeja. El adúltero, amancebado con tal angina durante más de diez días, pasó a mejor vida, y ahora, según se cuenta en la región, las noches en que las estrellas salen a tomar el sol sin sostén para ponerse morenas (que falta les hace) puede verse a Arcadio José retozando a mansalva con las partículas radioactivas que flotan en la nada celestial. Sexo y locura hasta en la sepultura.
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miércoles, 18 de mayo de 2011

Capítulo Milésimo octingentésimo vigésimo cuarto: “Un joven avispado se hace rico traduciendo al español los letreros de las costas levantinas. (Agencias) Peluchepráctico más práctico que nunca o, al menos, más práctico que otras veces (para lo que tampoco hace falta mucho) Hoy: Seis consejos para ser felices. Primero: la salud. No hay que preocuparse demasiado de ella. En el peor de los casos su ausencia puede producir la muerte, y ¿alguien ha visto alguna vez un muerto preocupado? Segundo: el dinero. Tampoco hay que preocuparse mucho por el dinero. Mucho más importante que el dinero es la salud y recuerde que hemos dicho de ella. Tercero: el amor. Debemos amaros los unos a los otros de vez en cuando y enseguida volver a nuestro estado natural que es lo contrario. Lo más prudente es no amarse ni a uno mismo para evitar desengaños. Cuarto: la mente. Hay que limpiarse la mente a menudo con algún detergente biodegradable. No permitir que la conciencia se descomponga y hieda. Que corra alegremente por los desagües. Quinto: los demás. Este es un consejo que no hay que darlo porque todos lo seguimos desde que nacemos: a los demás que les den morcilla. Y además, adulterada. Sexto: los consejos. No hay que hacer caso de ningún consejo, sugerencia, predicación, orden, recomendación o ruego. Siempre nos los dan para sacarnos algo. O sea, que de estos consejos, ni caso.
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martes, 17 de mayo de 2011

Capítulo Milésimo octingentésimo vigésimo tercero: “La historia es un incesante volver a empezar (Tucides, 460 a,C – 396 A.C.; historiador griego) Con vistas a promover el voto en las eleciones del domingo mediante actividades que atraigan el interés de la ciudadanía (sea esta quíen sea) , y aprovechando la llegada masiva (hordas) de jubilados, prejubilados y mediopensionistas a las localidades costeras, se ha celebrado el "Primer Concurso de Mirones de Playa". Ha resultado vencedor un señor de Jodar, elegante pueblo de la provincia de Jaén, que en los últimos veinte días ha visto quitarse el bañador a ciento treinta y tres personas, cinco de ellas hombres; "pero no lo parecían", dijo. Y añadió: "Como ya no estoy para mayores, me distraen mucho estas observaciones. A veces debo esconderme bajo la arena o disfrazarme de centollo, pero vale la pena. Recuerdo el caso de una señorita concejala cuya única obsesión era taparse un tatuaje inmoral hecho en su loca juventud. Y la señora que al quitarse el refajo se desparramó con tal rapidez que fue preciso avisar a urgencias para recuperar un michelín enajenado". También se ha concedido el Premio a la Calidad, ganado por un adolescente con granitos que descubrió sobre unas rocas a dos turistas danesas de cuerpo entero. El Premio de la Crítica fue concedido a una señora local que vio el kilo de merluza a menos precio que el día anterior.
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lunes, 16 de mayo de 2011

Capítulo Milésimo octingentésimo vigésimo segundo: "Cuanto más se gusta a todos, con menos intensidad se es apreciado”. (Marie-Henri Beyle - Stendhal-, 1783 - 1842: escritor francés) Leo mi afirmación que afirma que es de día y me sorprende haberla escrito, porque -me pregunto-, ¿es conveniente escribir una verdad tan evidente? Si nadie que sea ciego puede dudar de lo que digo, ¿qué necesidad hay de escribirlo? Pero escrito está. Y lo releo. Y me asombro de mi propio asombro. ¿Por qué me sorprende haber escrito que es de día? ¿o es que tampoco eso puede decirse sin provocar ira, temor o sonrojo? ¿De qué debo avergonzarme? ¿de haber dicho la verdad? ¿No hubiese sido peor, incluso inmoral, haber escrito "ahora es de día" sin que fuese cierto? Tengo la conciencia tranquila. Por eso puedo repetirlo de nuevo: es de día. Por encima de todo y de todos, pese a quien pese. Sé que la vida sigue, que los astros giran y corren vertiginosamente `por los cielos, y que si ahora es de día es por pura mecánica celeste. En otros lugares, en el extranjero especialmente, puede ser de noche o de lo que quieran sus habitantes o sus gobiernos ordenen. Pero aquí no caben esas tretas. Aquí es de noche porque lo es. Así de sencillo. Así de verdadero. No ignoro que mañana saldrá de nuevo el sol, que volverán las luces acostumbradas y que más tarde volverá la noche. Desgraciadamente, el nuevo día no será el mismo día de ahora, el que está frente a mí asomándose a la ventana, hundiéndome en la perplejidad que corresponde a los acontecimientos. Sé que muchos pensarán que sobraban explicaciones, pero mi dignidad de hombre y mi responsabilidad de ciudadano consciente me han obligado a escribir lo que gustosamente repito por última vez: es de día.
... campana Todos los "capítulos" de "tantos hombres y tan poco tiempo"

martes, 10 de mayo de 2011

Capítulo Milésimo octingentésimo decimoctavo: "Lo que se lee sin esfuerzo ninguno, se ha escrito siempre con un gran esfuerzo” (Enrique Jardiel Poncela, 1901-1952; escritor español) Después de una minuciosa, compleja y costosa investigación, en primicia y rigurosa exclusiva, he aquí una reproducción fascimil de la primera hoja manuscrita por Don Miguel de Cervantes Saavedra después de pasar los controles de calidad (también conocidos como "censura") de la época.
De lo que se puede deducir dos verdades incuestionables: que en todas las partes cuecen habas, y que es mentira aquello de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Posiblemente ahora son igual de intransigentes, pero por lo menos son más sutiles. Creo.
... leche Todos los "capítulos" de "tantos hombres y tan poco tiempo"

lunes, 9 de mayo de 2011

Capítulo Milésimo octingentésimo decimoséptimo: "Sólo avanzada ya mi vida me di cuenta de cuán fácil es decir: no lo sé” (William Somerset Maugham, 1874 - 1965; escritor británico) Es lo primero que hago todas las mañanas. Aún semidormido, me levanto y entro en el cuarto de baño. Con gesto automático enciendo la luz y, frente al espejo enchufo mi máquina. Sé que hay mucha gente que odia ese momento, pero yo me lo paso muy bien. ¿Masoquista? Tal vez pero, ¿quien no lo es un poco? Lo cierto es que el contacto del metal con mi piel hace que el sueño me abandone y la sangre me circule mejor. La paso una y otra vez por el mismo sitio sin necesidad, por puro deleite. A veces -debo reconocerlo- estoy media hora así y el ruido molesta a otras personas. Ayer mismo mi compañerodoméstico vino hasta mí y me llamó cafre; dijo que estaba destrozando mi cara y sus oídos, que el ruido deshacía sus nervios y que yo era un esquizoide. Nada extraño, él usa mucho estas definiciones psicológicas. Desde que leyó el “Manual para brillar en reuniones sociales" no ha vuelto a ser el mismo. Un día resbalé en la calle y casi me parto la crisma, pues va y me habla del "desequilibrio emocional proyectado"; otra vez me definió como "fetichista reprimido" porque hablé de lo bien que le quedaban unos zapatos. Total, así llevo varios años y le hago menos caso que los ingleses al tema de Gibraltar. Ya puede decir cualquier cosa que yo seguiré todas las mañanas haciendo lo mismo. Después de todo, y por mucho que al terminar me tenga que pasar la cuchilla y duela, creo que tengo el derecho a pasarme por la cara el tiempo que quiera mi máquina de coser.
... Guiñol Todos los "capítulos" de "tantos hombres y tan poco tiempo"

domingo, 8 de mayo de 2011

Capítulo Milésimo octingentésimo decimosexto: “Ser original es un mérito; quererlo ser, un defecto (Alain Chauvilliers; 1868-1951; profesor francés) Muchas señoritas de hoy día, hay que admitirlo, no tienen modales. Es una fea costumbre que debe terminar, porque ¿qué cuesta decir lo que se quiere decir pero con buenas maneras? Por eso hoy -con vistas al fin de semana- y aprovechando que más de una va a tener que ejercitar varias veces tan brusco gesto, en peluchepráctico, la forma correcta de hacer un corte de mangas, destinado especialmente a los moscones de turno aunque también puede ejercitarse en familiares, amigos y superiores en general. ¡Y sólo en dos pasos! 1- Preparación para el corte de mangas:
2- Corte de mangas realizado con los modales que la buena educación requiere:
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jueves, 5 de mayo de 2011

Capítulo Milésimo octingentésimo decimoquinto: "Una de las cosas que con más facilidad se tuercen en la vida, son los derechos humanos” (Patricio K.19 años, estudiante de economía) Tengo que preguntarle a un periodista que conozco dónde está el pueblo ese tan importante y del que ellos tanto hablan. Porque siempre dice "los sentimientos del pueblo", "las tendencias del pueblo", "con la ayuda del pueblo".. Hasta hablan de una "princesa del pueblo", pero nunca dicen de qué pueblo se trata, ni siquiera a qué provincia pertenece. Y como tienen tanta fantasía, no me extrañaría que incluso se lo hayan inventado. No me fio.
...en bolas Todos los "capítulos" de "tantos hombres y tan poco tiempo"

martes, 3 de mayo de 2011

Capítulo Milésimo octingentésimo decimotercero: “Una persona fiel es la que nunca hace realidad su pensamiento” (Proverbio normando) Cómo acabar con los problemas más importantes del mundo de una forma rápida, inteligente y, sobre todo, practica. Problema de la vivienda: Para arreglar el problema de la vivienda lo único que hay que hacer es buscarle una solución eficaz. De esta manera todo el mundo tendría su pisito Problemas de las drogas: Habida cuenta de que la droga es perjudicial, tanto o más para la salud como para el bolsillo, o que hay que conseguir es que nadie tome drogas. Y en el momento en que nadie tome drogas, el problema habrá desaparecido completamente. Problema de la guerra: toda guerra es cruel, sangrienta, poco moralizadora y grosera por lo que desde aquí, apunto como solución que dicha guerra termine. Eso es todo. Problema del hambre: el hambre, como se puede demostrar, no es buena para la salud. El exceso de hambre lleva a la depauperación, a la flaqueza e incluso a la muerte. Solución: que nadie pase hambre, que todo el mundo coma, digiera y expulse. Y se acabó. Problema de la homosexualidad: ante este problema no es justo encogerse de hombros, dar la espalda y decir “por ahí me las den todas. Si ello va contra natura, lo lógico es suprimirla adoptando una de estas dos posturas: si se puede, acabar con ella. Si no se puede, hacer la vista obesa. ¿A que es sencillo? Pues a nadie se le había ocurrido. De nada.
... Gengis Kan Todos los "capítulos" de "tantos hombres y tan poco tiempo"

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