Capítulo Milésimo centésimo trigésimo noveno: "Todo se reduce al sexo, excepto cuando lo estas haciendo, que se reduce en: ¿Cómo lo estoy haciendo? ¿Se va a quedar? ¿Qué estoy haciendo?" (Queer as folk, serie de televisión)
Adelante con las multiculturalidades y las globalizaciones. Hoy, en peluche practico, y con vistas al fin de semana, pequeño recorrido pedagógico y educativo por algunos de los países del mundo que nos rodea.
- Árabe: un miembro de la pareja permanecerá boca arriba mientras el otro le cabalga.
- Croata: baño de lengua que termina con un coito con uno de los participantes sentado encima a horcajadas.
- Cubana: hacer una masturbación entre los pechos.
- Inglesa: impartir castigos suaves mediante azotes y cachetes.
- Francés: realizar una felación.
- Griego: sexo anal.
- Hawaiano: actividad sexual en la que se recorre todo el cuerpo con la yema de los dedos usando algún aceite de aromaterapia. Se finaliza con una masturbación.
- Japonés: coito en el suelo sobre almohadas que incluye numerosas posiciones en cuclillas.
- Vienesa: posición para el coito en el que uno de los miembros de la pareja está estirado boca arriba sobre la cama y cruza los pies por detrás del cuello.
- Birmana: masturbación con los pies.
- Sueco: sexo en grupo.
- Tailandés: masaje que se realiza con los senos por todo el cuerpo.
- Turco: uno de los miembros de la pareja permanecerá siempre con las manos atadas.
Aprovechemos la diversidad, abramos fronteras, recorramos el mundo. Hasta el lunes.
... más "historias extra-ordinarias" todo el fin de semana.
Todos los "capítulos" de "tantos hombres y tan poco tiempo"


Mucho se ha hablado de los efectos perniciosos de la sangre menstrual -con la documentación que existe sobre la nocividad que desprenden las mujeres menstruantes se pueden escribir varios libros- pero muy poco se ha dicho sobre sus beneficios. Hoy, en peluche práctico, algunas de las ideas que se practican por el mundo para aprovecharse de esos días y sus secreciones. Hoy, en peluche práctico: sáquele partido a sus reglas. Reutilice su sangre menstrual.
En vez de aprovechar la diversidad y enriquecernos con las diferencias, tenemos, desde la comodidad de nuestro primer mundo, una corrosiva tendencia a emitir juicios de valor sobre todas aquellas otras culturas que nos son ajenas o no se nos parecen. En estos tiempos de multiculturalidades, globalizaciones y mestizaje es bonito saber que en algunos lugares aún existen hombres, mujeres y niños que celebran y respetan sus más antiguas tradiciones.
Cuentan que, antes de convertirse en el famoso par de brillantes cerezas con el que se identifica desde hace más de cuarenta años, el logotipo de la discoteca Pachá iba a ser (hasta llegó a serlo durante algún tiempo) un ojo. Sin embargo, su fundador, Ricardo Urgel, decidió, en contra de todos sus asesores, que la imagen de una fruta fresquita y retozona como la cereza, le iría mucho mejor al negocio. Y acertó de pleno.
Lo que no sabía el dueño de Pachá, o al menos eso confiesa, es que no estaba inventado nada nuevo: la pareja de cerezas ha sido, desde muy antiguo, todo un símbolo sexual.
De ahí que aparezca en obras como "
No tengo nada contra el fútbol. Siendo partidario de la eutanasia -al menos de la propia-, no podría dejar de reconocer el derecho que tienen los demás para ejercer su suicidio mental de la forma que mejor les parezca. Aunque para ello usen algo tan absurdo como ver partidos de fútbol.
Los sapos siempre me han despertado una especial ternura. Asociación de recuerdos, supongo. Los cuentos infantiles que oía de pequeño, -y oí unos cuantos-, estaban plagados de príncipes convertidos en sapos o ranas que se dirigían a las doncellas que paseaban por los caminos solicitándoles un beso al que ellas solían acceder gustosamente. Eso, cuando eran capaces de escaparse de la despensa de la bruja mala que siempre los usaba para hacer sus pócimas.

Como casi todos buscan el placer en el sexo. Por eso, y como la mayoría de las veces quedan insatisfechas con las cópulas que realizan con sus parejas, -ellos suelen concluir su actividad sexual en apenas treinta segundos-, ellas acabarán consiguiendo el orgasmo a fuerza de mover sus músculos perivaginales como si fueran un puño, en lo que es una masturbación en toda regla.
Los grandes cronistas del amor, ésos cuyas obras han sustentado nuestra educación sentimental, son unos completos embusteros. Nos han hecho creer que el amor es un asunto imperecedero. San Pablo, pecador arrepentido, se lo dijo más exactamente a los Corintios: "El amor no pasa nunca". Todos los mercaderes del sentimiento se han volcado en presentarnos sólo los aspectos más cómodos y deseables del fenómeno, hasta Romero y Julieta, la pareja por excelencia en los sueños sentimentales de muchas generaciones y cuyos arrebatos se antojan como los propios del amor eterno, tienen trampa; su triste final nos hizo pensar que su entusiasmo no tenía fin. Pero los amantes, presos en la hoguera de la pasión, no tuvieron tiempo de vivir sus insignificancias. Es de suponer el destino que les esperaba si sus familias no hubiesen sido tan absurdas. Un matrimonio como Dios manda y, a continuación, el día a día del amor y su realidad. Y la realidad no es precisamente diestra en maravillas.
Manual de Derecho. Descrita como figura jurídica el "uxoricidio honoris causa", o lo que es igual: "matar a la propia esposa por razón del honor".
El cartel, escrito en chino (técnicamente era "mandarín con una lectura cantonesa de los caracteres", -detalle sin importancia ya que podía haber estado colocado al revés y me hubiera dado igual-), se exhibía a la entrada de un comercio de Hong Kong. Y algo muy importante -o la menos muy convincente- debía decir aquel anuncio cuando, entre tantos negocios juntos y dedicados a lo mismo, la gente, después de leerlo, elegía entrar precisamente en aquel.
El guía, que por alguna extraña razón entendía perfectamente el "mandarín con una lectura cantonesa de los caracteres" (haber nacido allí parece que le ayudó bastante a entender aquel endiablado idioma) lo tradujo sin inmutarse:
Estoy harto de la apología que hacen de la pareja los que no la tienen. Estoy harto de la tabarra que me dan la mayoría de los solteros que conozco y que, sobre todo a partir de cierta edad, piensan que tener a alguien al lado para los restos es poco menos que vivir en el paraíso.




¿Alguien se ha parado a pensar en la cantidad de horas que perdemos en los titubeos antes de pasar a la acción? A mí, por ejemplo, me deja hecho polvo el asunto de la camisa que me tengo que poner cada mañana. Como la mayoría están sucias no tengo muchas para elegir, pero basta que estén disponibles un par de ellas para que la cosa se me complique. No acertar a la primera significa pasarme el día dando tumbos, incómodo pensando en que me tenía que haber puesto la otra. ¿Y decidir entre cereales con chocolate o sin chocolate para desayunar? Física cuántica. Sólo tengo de esas dos clases, pero raro es el día que no esté un buen rato con las dos cajas de la mano sin ser capaz de decidirme por alguna.



Ahora resulta (más bien ahora me entero yo, que supongo que siempre habrá sido así), que las termitas, chinches, hormigas o incluso las cucarachas, no sólo son comestibles, que eso ya lo sabíamos por los documentales de la dos que tanto nos ayudan en la siesta, sino que, además, su carne es tan sana y nutritiva como la del pollo o la de la vaca.