365. Martes, 20 julio, 2004 Capítulo Tricentésimo sexagésimo quinto: ¿Por qué todas las madres con niños en brazos se empeñan en que los cojas? Cuentan que Descartes construyó un autómata femenino que le acompañaba en casi todos sus viajes. Un monje y relojero italiano al servicio de la corona española, Juanelo Turriano, construyó, en pleno siglo XVI, numerosos autómatas que le servían de criados en sus quehaceres cotidianos. Uno de los maestros de Santo Tomás de Aquino, San Alberto Magno, creo un robot mecánico móvil que le daba respuestas acertadas a todo tipo de preguntas y cuestiones. Desde el siglo XIII se conocen máquinas que imitaban la figura y los movimientos del ser humano mediante mecanismos de relojería, capaces de suplir perfectamente la mayoría de los trabajos del hombre. Precisamente hoy hace ya 35 años que llegaron a la luna, estamos en pleno siglo XXI, estamos en la era de internet, la era de los ordenadores, la era de las máquinas... y yo tengo que volver a estar aquí, otra vez.. ¡Con lo fácil que sería poner un autómata de esos en mi silla y que me mandaran el sueldo a casa...! Para que luego digan que el mundo avanza. Desde una mesa llena de papeles que no dejan de amontonarse, buenos días... por decir algo. Baloncesto a canasta cerrada