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martes, 14 de junio de 2005

565. Martes, 14 julio, 2005 Capítulo Quingentésimo sexagésimo quinto: ?Un número infinito de monos tecleando al azar en un número infinito de máquinas de escribir, acabarían, más tarde o más temprano, escribiendo ?El Quijote?. (Ernesto H. 34 años, vendedor de lotería) Sigo empeñado en elevar el nivel intelectual del blog y se me estaba ocurriendo dedicarle algunas palabras a algunos de esos grandes genios de la humanidad que con su esfuerzo, su estudio y su dedicación, han hecho avanzar al mundo. Por afinidad (en la facultad la ?biología? era la ?maría?), siempre me resulto simpático Linneo, uno de los grandes naturalistas de la historia y artífice, entro otras muchas cosas, de un sistema de clasificación de los vegetales que aún hoy está en vigor. Pero mi gozo en un pozo, resulta que al buen hombre no se le ocurrió otra cosa que hacer la susodicha clasificación en función de... ¡sus órganos sexuales! (de los órganos sexuales de los vegetales ?las flores- no de los suyos propios, claro) Por supuesto, la muy puritana sociedad de aquella época (siglo XVII) no dudó en colgarle el cartel de ?obseso sexual? y de ?espíritu lujurioso? por realizar semejantes ?experimentos? hablando de sexo. Aunque fuera del vegetal. Estas acusaciones hicieron tanta mella en el celebre (pero reconozcámoslo, ?salido?) naturalista que murió temiendo el castigo divino por haber incurrido en tal aberración. Lógico. Vale, dejemos al lúbrico de Linneo y centrémonos en otro admirable estudioso que siempre ha sido un gran héroe para mí por aquello de ocurrírsele lo de la teoría de la evolución y tal: el genial Darwin. Vuelta a tropezar, resulta que el amigo Charles fue tachado de ?mirón?(denunciado y a punto de ser encarcelado) por pasarse horas observando (según sus detractores de una forma concupiscente) cómo los insectos polinizaban las flores. ¡Darwin voyeur!.. y encima de insectos. Así no hay manera, de verdad. ... doblando papel"

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