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viernes, 24 de marzo de 2006

Capítulo Septingentésimo trigésimo: "No se deberían poner caras largas, aunque solo fuera para no tener más superficie que afeitar" (Fernand Joseph Désiré Contandin -Fernandel- 1903-1971, cómico francés) El ratón marsupial pardo, un pobre ratón con apariencia de ratón y costumbres de ratón, pasaría completamente desapercibido entre las muchas clases de ratón que existen sino fuera por dos pequeños detalles que los distinguen del resto de los ratones: posee el órgano genital más grande de todos los mamíferos (en proporción sus testículos alcanza la cuarta parte de su peso) y muere después de copular con cuanta ratona marsupiala parda, o no) se le ponga por delante. En la época del celo genera tal cantidad de testosterona que su apetito sexual se vuelve insaciable. Una sobredosis de testosterona en sangre que acaba debilitando su sistema inmunitario y provocando su muerte por cualquier tonta infección que pille. Eso sí, sus cópulas vienen a durar unas 11 horas. "Muera gata muera harta" que decía mi abuela. Naturalmente están en extinción. Cuidado con el fin de semana. Todo con medida, todo con medida. Hasta el lunes. ... un fin de semana de gringos, zapatos y ratas Todos los "capítulos" de "tantos hombres y tan poco tiempo"

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