Capítulo Noningentésimo octogésimo tercero: "El nombre propio es el que marca la individualidad; el apellido las relaciones sociales" (Ángel Ganivet, 1865-1898, escritor, ensayista y narrador español)
No me he afeitado, tengo sueño y encima me pica la planta del pie. Que te pique la planta del pie es una cosa desagradable. La mejor solución sería descalzarse y rascarse a placer pero también la más difícil de realizar cuando tienes tres personas delante que te miran sin dejar de hablar y que encima se empeñan en que les prestes atención. Mientras, lo único que puedes hacer, aunque sólo sea para ver si se calma un poco, es taconear como un cojo bailando flamenco en el Rocío.
Rascarse es uno de los mejores placeres, a todo el mundo le gusta y todo el mundo disfruta haciéndolo, además es gratis, pero como no podía ser de otra manera, algo que es tan bueno tiene que estar mal considerado. Está claro que nunca entenderé lo de las normas sociales.
... loción de orina
Todos los "capítulos" de "tantos hombres y tan poco tiempo"
No me he afeitado, tengo sueño y encima me pica la planta del pie. Que te pique la planta del pie es una cosa desagradable. La mejor solución sería descalzarse y rascarse a placer pero también la más difícil de realizar cuando tienes tres personas delante que te miran sin dejar de hablar y que encima se empeñan en que les prestes atención. Mientras, lo único que puedes hacer, aunque sólo sea para ver si se calma un poco, es taconear como un cojo bailando flamenco en el Rocío.
Rascarse es uno de los mejores placeres, a todo el mundo le gusta y todo el mundo disfruta haciéndolo, además es gratis, pero como no podía ser de otra manera, algo que es tan bueno tiene que estar mal considerado. Está claro que nunca entenderé lo de las normas sociales.
... loción de orina
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Mira que bien, por fin un estudio sirve para algo. Una investigación de unos japoneses realizada (supongo que -casualmente- en Japón) ha demostrado que, ante un paro cardiaco lo de ponerse a hacerle el boca a boca al afectado, lo único que hace es complicarle la historia.
Hasta ahora cualquier manual de primeros auxilios recomendaba, ante un paro cardiaco, realizar rápidamente un masaje y el boca a boca. Bueno, pues estos señores han comprobado en más de 4.000 afectados que un 6% de quienes recibieron sólo un masaje cardiaco sobrevivieron sin secuelas neurológicas, mientras que sólo un 4% de quienes recibieron masaje y boca a boca lo consiguieron.
¿Conclusión? A partir de ahora si te encuentras a un señor cincuenton, barrigudo, fumador y con bigote, (precisamente los más entusiastas -involuntarios pero entusiastas- de este tipo de asunto -lo del bigote dicen que no es factor de riesgo pero no sé yo..-) al que le acaba de dar un paro cardiaco, pues basta con lo del masaje va, masaje viene. Y te olvidas de lo del boca a boca.. que aunque quede feo decirlo no es precisamente algo que -juramentos hipocráticos al margen- resulte apasionante.
Y antes de que se me olvide.. una aclaración, que luego me sé yo lo que pasa. Lo de no hacer el boca a boca sirve sólo para los paros cardiacos, pero sigue siendo imprescindible en otros tipos de paradas respiratorias no cardiacas, como con personas ahogadas o con alguna sobredosis de droga. Y que conste que esta aclaración la pongo por imperativo legal del extenso equipo de abogados que me asesoran jurídicamente cada día... que con esto de las series médicas de la tele y la información de internet la gente está de los más tiquismiquis. Tienes un día tonto, confundes un catarro con, por ejemplo, una rotura de peroné, les atiborras con toda tu buena fe unos antibióticos (con lo buenos que son para todo) y son capaces hasta de echarte la bronca. Cómo si uno no pudiera equivocarse de vez en cuando. ¡Jo!

Hoy en 

Por cierto, acabo de leer que entre las ruinas de la antigua Grecia se encontró una bellísima y refinada ágata fechada en el siglo I antes de Cristo, que muestra, por una de sus caras, a un hombre con una poderosa erección que está siendo penetrado por otro, y en el anverso, un poema amoroso dedicado al hombre al que fue destinada tan valiosa gema.
Ya sé que para gustos se hicieron colores y tal, y hasta sé que esta frase va a sonar algo proselitista y de los más interesada.... pero... ¡lo que se están perdiendo algunos!
Había oído -y dicho- yo piropos, (evidentemente nunca hacia mi persona -que me quiero mucho y eso, pero lo que é, é-) del tipo "!qué bueno estás!", o "¡estás para comerte!" que curiosamente juntan dos de los grandes placeres de la vida: la comida y el amor.
Tampoco es tan raro. Supongo que uno, por muy caníbal que sea, no se comerá al primero que encuentre. Es más, si dejamos a un lado la "necesidad" (a buen hambre no hay pan duro), la historia deja claro que los caníbales son bastante escogidos a la hora de zamparse al personal.
Es habitual que se coman al guerrero a quien primero temieron y luego vencieron, como hacían ciertas tribus celtas de Irlanda, unos africanos llamados bijados o, y de esto hace apenas diez años, lo hicieron grupos de haitianos con los miembros de sus rivales, los temidos Tonton Macoute, en la creencia -que ya es creer- de que así heredarían su fuerza y su valor
Claro que para caníbales prácticos los habitantes del orinoco venezolano, que con la disculpa de entrar en comunión con el fallecido, la familia no tiene otra cosa que hacer que comerse al abuelo cuando muere.
Si, como ellos dicen, quieren entrar en comunión con el difunto, digo yo que les sería más fácil importar alguna costumbre menos brusca (algunos lo arreglan con una historia de transmutaciones en hostias sagradas y nadie se ha quejado...por ejemplo) pero también hay que reconocerles que entre lo que ahorran suprimiendo el entierro, y lo que llegan a economizar al no tener que comprar comida durante una temporadita, lo de estos chicos es mucho más práctico. ¡Dónde va a parar!

Hay que recuperar lo que nos quitaron. Que los hombres lloremos ha sido -de toda la vida- la cosa más habitual del mundo. Sólo desde la mitad del siglo XX, y hasta hace unos cuantos años que parece que hemos recuperado el derecho a hacerlo, que un hombre llorara era una "vergüenza". Cosas de la revolución industrial y sus obreros "machos".
Ya en la Iliada, Odiseo llora de placer cuando el bardo Declodokos cuenta la historia del Caballo de Troya, y Menelao lo hace de pena cuando piensa en los que murieron en la guerra. Los primeros clérigos cristianos -cuentan que San Francisco se quedó ciego de tanto hacerlo- y los más aguerridos guerreros japoneses medievales, se pasaban media vida llorando por todo. Hasta bien entrado el siglo XX, derramar lágrimas era considerado como parte imprescindible de la oratoria. El joven Verther de Goethe se entregaba con profusión a grandes llantos, y hasta uno de los padres de la patria del imperio, Thomas Jefferson, ha pasado a la historia como un autentico llorón.
Tuviera razón Aristóteles cuando sostenía que las personas lloramos porque después de hacerlo nos sentimos mejor, o tuviera razón Charles Darwin, que consideraba el llanto como un mero sistema de enfriamiento para los ojos sobrecalentados o hinchados de sangre, hay que llorar más. No puede ser que las mujeres sigan llorando tres veces más que los hombres. No puede ser que las mujeres nos ganen en algo así.









Miedo. Me empieza a entrar miedo con esto de la tecnología. Ya no respetan ni los lugares más "sagrados" de la persona. Al último grito en diseño e innovación en cuestión de retretes, se ha sumado la más moderna técnica ¿Resultado?: ya están empezando a "hablar".
El primero con voz lo acaban de instalar en el centro cultural "De baile" en Ámsterdam y, mediante un complicado sistema de sensores, es capaz de realizar "sugerencias" a los usuarios según su comportamiento a la hora de hacer sus "necesidades".
Por ejemplo, es capaz de abroncar con todas sus fuerzas a quien mea fuera de la taza advirtiéndole, muy seriamente, de lo guarro que queda hacerlo. Además, y en una función muy educativa, "anima" a que todos los que lo usen a lavarse las manos al acabar.
Y es sólo el principio. Según se vayan perfeccionando supongo que el susodicho retrete podrá dar "gritos" de apoyo a los pobres estreñidos -¡"vengaaa compañero, que tu puedes"!, cuando estén en plena faena, algo que siempre les confortará un poco de sus esfuerzos, o lo que sí me parece a mí que puede ser más atractivo: susurrar palabras de esas que "animan", a la hora de practicar ciertos placeres solitarios. Que levante la mano quien no los haya disfrutado alguna que otra vez.
Desde luego ya nada volverá a ser igual en esa sala de meditación, recogimiento y concentración que hasta ahora ha sido el retrete.
Hoy aprovecho y meto -a traición- un tema personal. Voy de petición. Así, con tiempo.
A ver, resulta que este año las vacaciones del verano van a ser un poco extrañas. Con la primera parte (del 5 al 10 de julio en Eurodisney) no parece que pueda haber problemas técnicos, ya está todo confirmado y (snifffff) pagado (de otro tipo de problemas teniendo en cuenta que el viaje será con cuñada, hermano, marido y dos sobrinos que se mueven más que el rabo de una lagartija epiléptica seguro que sí.. aunque para eso se inventó el lexatil)
Pero la segunda parte (ya sólo con marido) es algo más rara y me gustaría aprovecharla todo lo que pueda. Será un viaje del 17 de Julio al 2 de agosto por Río de Janeiro, Buenos Aires y los glaciares argentinos (El Calafate-Perito Moreno creo que se llama) y, aunque los de la agencia de viajes se ponen en plan marketing y te cuentan maravillas -también es verdad que es su obligación-, me gustaría que alguien más "neutral" me hablara un poco más del asunto, sobre todo de los aspectos prácticos.
Y ya sé que sería mucho pedir, pero si alguien lee esto desde Buenos Aires -la ciudad en la que más tiempo vamos a estar alojados en el Meliá B. Aires- y fuera tan amable de querer perder algún ratito enseñándome algo de la ciudad le estaría tan agradecido tan agradecido que hasta le invitaría a un café y todo. En el viaje a China del año pasado no me atreví -cuestión práctica: no creo yo que hubiera o hubiese mucho chino leyendo por aquí, pero este año sí me atrevo :
¿Algún alma caritativa querría conocer a un peluche y a su señor marido en el -poco- tiempo que queda entre las excursiones -que son un güevo- ya programadas en el viaje. Pues peluche.es@gmail.com para cualquier cosita. Y gracias de todas las maneras. ¡Faltaría!
Y mañana vuelvo a lo de siempre. Prometido.

Lo decía Sara Montiel cuando en la boda con su último marido, -bastantes años más joven que ella-, le preguntaron por qué si siempre le habían gustado los hombres más mayores que ella esta vez se había "enamorado" de alguien menor. "Verán, es fácil de explicar, a mi edad ya me resulta imposible encontralos más mayores... salvo en el cementerio".
Laboralmente empiezo a estar en la misma situación. Con la edad que uno tiene ya, resulta lógico que el nuevo flamante director del departamento de nueva creación -sin nombre ni función conocida- tenga menos años que yo. Y antes de seguir hay que dejar claro que, por supuesto, el que no se sepa para qué va a servir el susodicho departamento es tan anecdótico como que el tío en cuestión sea hermano de la amante del jefe que más manda. Por mas que les guste hablar a las lenguas de doble filo, la vida tiene esas casualidades.
De todas formas y como la gente es muy mala, yo que él tendría cuidado. Más sabe el diablo por viejo que por diablo.

Karen Dinesen -su nombre de soltera- nació en Dinamarca en 1885 y se casó a los 33 años con su primo, el barón Bror Blixen. Se trasladaron a Kenia, donde Karen conoció a un aristócrata británico con quien tenía muchas cosas en común, el aventurero Denys Finch Hatton. Los dos habían abandonado sus países de origen siguiendo la llamada de los grandes espacios y de su pasión por África.
Ella vio en él su ideal: guapo, inteligente, original, deportista y un esteta refinado. Se hizo tan amigo de Karen y de su marido que éste lo presentaba diciendo: "Mi excelente amigo y el amante de mi mujer"
Cuando Karen se divorció de su primo, Denys comenzó a vivir con ella sin abandonar su independencia. Quería continuar con su libertad, no dar cuenta de su existencia ni explicar sus decisiones. Ella lo aceptó y escribió sobre su relación: "Siempre era feliz en la granja, ya que sólo venía cuando lo deseaba". En sus cartas expresaba toda la intensidad del profundo amor que sentía por él: "Tengo la impresión de que estoy unida a Denys para siempre, dedicada en exclusiva a amar el suelo por donde camina". "Cuando se va, se lleva el olor a rosas y el resplandor de la luna llena, y cuando regresa, vuelven con él el aire y la luz".
Nunca consideraron la posibilidad de casarse. Pensando en el fin de sus días, eligieron un lugar en una colina que dominaba la gran planicie de Nairobi, para ser enterrados juntos, formando parte de ese paisaje que tanto amaban.
Pero las cosas se torcieron cuando bajaron las cotizaciones del café, producto que Karen cultivaba, y ella no pudo hacer frente a los créditos. Si vendía su granja, no le quedaría más remedio que regresar a Dinamarca y lo que Denys deseaba con toda su alma era quedarse en Kenia. Karen cambió entonces su modo de pensar: quería casarse, que él la mantuviese y que las cosas discurrieran de una manera más tradicional, pero cuanto más se aferraba a Denys y más le exigía un compromiso, más la rechaza él: no soportaba las exigencias económicas y sociales que le proponía.
Se produjeron entonces escenas muy tensas entre ambos y su último encuentro acabó con una violenta discusión. Angustiada, Karen intentó suicidarse. Se dio cuenta de que había sido ella quien había roto el compromiso que les mantenía unidos. Quien acuerda mantener una relación sin obligaciones firma un pacto, hasta las relaciones más libres tienen sus reglas y no se deben romper unilateralmente. Denys lo había dejado muy claro desde el principio de la relación.
Resignada, Karen regresó a Dinamarca, donde se enteró de que, unos días después de su ruptura, Denys Finch Hatton se había estrellado con su avión. Regresó para enterrarlo en el lugar solitario de la sabana africana que habían elegido para ambos. Ella sin embargo, no reposa allí. Lo hace bajo un haya del parque de su propiedad en Rungstedlund, en Dinamarca, donde murió en 1962 después de haber escrito, bajo el seudónimo masculino de Isak Dinesen, su libro Memorias de África. Una novela mucho más entretenida que la película y que me tiene enganchado desde la primera frase.... "Yo tenía una granja en África, a los pies de las colinas del Ngong..."
Hasta el lunes.

- Follar cansa, a mí que me la chupen
- Mi órgano es singular y no necesita solfeo para podérmelo tocar
- A mi que me mantengan
- Algo me late y no es mi corazón
- Busco novio de una noche
- No tengo pelos en la lengua porque tu no quieres
- Curo la frigidez
- Calla y come (mela)
- Camiseta de después del polvo
- Venía por lo de la mamada
- Follo mucho, pregúnteme cómo
- La que no joda que no entretenga
- Ceda el vaso
- Con esas tetas lo que no quiero ser es tu amigo
- Con ese culo te invito a cagar en mi casa
- Con talante por detrás y por delante
- Conmigo todas son multiorgásmicas
- De una en una por favor
- Donde quiera que mire sólo veo gilipollas
- Drogas no! que somos muchos y hay pocas
- El muñón es bello
- El pejamento ez bueo pa la narís
- El que no folle bien que no moleste
- El segurata que no deje entrar al portador de esta camiseta es maricón
- El tabaco es malo para la salud, pero mi suegra es peor
- Entre tu madre y yo no hay secretos
- Tengo 25 cm de amor platónico
- ¿Eyaculador precoz? no, velocista.
- Follo en la primera cita
- Ginecólogo en prácticas
- Con mi miembro te siembro
- Hago mamografías gratis
- Hago niños
- Juego al rol y sé dónde vives
- Manechao droja en el colacao
- Me dejo invitar
- Me encanta caerte mal
- ¿Me la trabajas o me la estudias?
- Me lo bajo todo de internet
- Mi ex-marido es gilipollas
- No fumo y no tengo hora
- No hay cosa más rica que ser marica
- No hay tías feas sino copas de menos
- No me toques el clítoris que me duelen los pies
- No quiero dinero, sólo sexo
- Soy virgen (pero esta camiseta es vieja)
- Olvídalo, no podrías mantenerme
- Que no quiero rosas coño
- Sería capaz de follar por dinero
- Sin ropa gano bastante
- Snif, snif, todo por la nariz
- Snifando tinto me siento distinto
- Sonríe si te han dado pro culo
- Sonríe si quieres sexo
- Soy tu butanero
- Soy un buen partido
- Soy uno de ellos
- Soy virgen, necesito ayuda
- Soy fácil y estoy borracho
- ¿Te estudio o te trabajo?
- Tu mujer nos engaña
- Vello por dentro
- ¿Follas o te piras?
- ¿Me la chupas platónicamente?
- Yo también me acosté con ella pero yo sí usé condón
No puedo más. Lo confieso: estoy enganchado a la teletienda. No a todo lo que en ella aparece, claro. No me convencen, por ejemplo, los surrealista e interminables anuncios de las fajas saunas capaces de remodelar la silueta en menos de tres minutos aunque sólo te comas el biomanan de postre, ni tampoco le encuentro yo mucha utilidad a la crema de babas de caracol, por más que te deje las patas de gallo como el culo de un niño.. pero estoy enganchado al que considero el más moderno, practico y útil aparato que algún brillante inventor, sin duda un verdadero genio de la vagancia, ideo para los que, como yo, doblar la ropa y tortura china siempre fueran palabras de la misma frase.
La voz que describe el aparato mientras una señora hace la demostración práctica es impresionante. Ya sólo la voz te da confianza, una voz así no puede mentir:

Por culpa de la señora Eva (y no lo digo yo que lo dice la Biblia, un libro muy sagrado y eso -¿a ver quién se atreve a poner en duda las afirmaciones que allí aparecen sin arriesgarse a que lo acusen de intolerante e intransigente con las creencias ajenas?-) estamos condenados a ganarnos el pan con el sudor de la frente.
Sin embargo hay trabajo y trabajos. Y por muy difícil que parezca, formar un oxímoron (momento petete: Oxímoron: combinación en una misma estructura sintáctica de dos palabras o expresiones de significado opuesto que originan un nuevo sentido) usando “disfrutar” y “trabajo” en la misma frase, no le resulta a todo el mundo una labor imposible.
Luis XIV de Francia, tenía las 24 horas del día a su disposición a un edecán, un señor dedicado durante todo el tiempo y en rigurosa exclusiva, a limpiarle el culo al rey.
Vamos, que salvo alguna diarrea real (que bien puede compensarse con las épocas de estreñimiento) el buen edecán sólo tenía que dedicarle a su trabajo unos cuantos minutos al día.
Sí, vale, de acuerdo, unos minutos desagradables.. pero el resto del tiempo a rascarse la barriga. Vamos, un chollo.



En tiempos de los romanos la postura dónde la mujer se situaba encima del hombre a la hora de tener relaciones sexuales estaba completamente prohibida porque "incitaba a las mujeres a ser más que los hombres". Textual.
Los griegos la llamaban el "caballo de Hermes", mientras que entre los egipcios era considerada como "la única postura verdaderamente humana".
En la España del siglo de Oro se le llamaba a esta forma "poner la iglesia sobre el campanario".
Mientras la señora Pantoja anda por esos calabozos por blanquear dinero, nosotros a lo nuestro. Aunque sea jueves, hablemos de sexo
Por ejemplo, sugerencias para romper con la monotonía sin gastarse un duro. Empiezo yo
Ir de tiendas con tu pareja, atacarla por sorpresa en el probador, taparle la boca con esa camiseta tres tallas menos, atarle las manos con un cinturón. Seguir.
Ascensor, vecinos en la escalera, botón de "stop" pulsado, arrancar cremalleras. Seguir.
El campo, entre las piedras, todo natural, arriesgarse a un mirón, los gemidos haciendo eco. Seguir.
La escalera, desabrochar con furia los botones, revolcarse por el suelo helado, gritos de placer asustando a los vecinos. Seguir.
La cama, cien mil millones de posturas nuevas, cien mil millones de formas de intercambiar placer. Seguir.
La lista abierta hasta el infinito, los comentarios esperando ideas. Seguir.
