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martes, 14 de octubre de 2008

Capítulo Milésimo ducentésimo septuagésimo segundo: “Buen oficio es no tener ninguno”. (Proverbio universal) Hoy estoy espiritual y he decidido tomarme al pie de la letra aquellas dos inscripciones escritas en la fachada del santuario de Delfos. Una decía: conócete a ti mismo, la otra: nada en exceso. Manos a la obra. Teniendo en cuenta que ayer –día de fiesta en media España- hasta trabajé un poco, y siendo del dominio público que el trabajo en lunes cuenta doble, y sobre todo, que nada (y menos que nada, el trabajo) debe hacerse en exceso, hoy tocaría dedicar toda la mañana a conocerme a mi mismo. Pero como resulta que soy bastante simple, y que la cantidad de años que llevo junto a mí han conseguido que me conozca muy bien, hoy solo me queda descansar todo el día. Que como decía aquel de mi pueblo: el tiempo que invertimos en mejorarnos recorta el tiempo perdido criticando a los demás. Hoy martes de vagueo. Así sea. ... luto familiar al cero Todos los "capítulos" de "tantos hombres y tan poco tiempo"

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