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martes, 15 de noviembre de 2005

Capítulo Sexcentésimo cuadragésimo séptimo: "Si deseas que tus sueños se hagan realidad ¡despierta!" (Ambrose Bierce 1842-1914, escritor satírico y periodista estadounidense) Contaba Luis Buñuel que su gran amigo Salvador Dalí durante algunos años en su juventud sólo se excitaba, sexualmente hablando, de una curiosa manera: llevando chicas a su piso, desnudándolas, poniéndoles un huevo frito en cada hombro y, sin tener ningún contacto más con ellas, echándolas a la calle. Y es que las costumbres sexuales, de las que hace algún tiempo ya vimos un amplio muestrario, pueden (y deben) ser tantas y tan variadas como las personas que quieran practicarlas. Van otras cuantas de las documentadas: Ginoticolobomasofilia: Obtener placer sexual sólo manipulando los lóbulos de las orejas Catagelofilia: Personas que sólo alcanzan el orgasmo placer cuando alguien les ridiculiza. Keraunofilia: placer sexual por los rayos y los truenos. Maieusiofilia ponerse como una moto viendo mujeres embarazadas Knisofilia: ponerse caliente al olor del incienso. Chaping: ponerse cachondo dándole repetidamente con el pene en la cabeza a la pareja Amaurofilia: alcanzar el placer sólo cuando la pareja tiene los ojos vendados. Centrocrefilia: fijación por espachurrar la bolsa escrotal (en la variantes "propia" o "ajena") contra un cristal. Para otro día más.. al fin y al cabo lo de los huevos fritos tiene un trago y Dalí llegó a "genio". ... psicoanálisis químico Todos los "capítulos" de "tantos hombres y tan poco tiempo"

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