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miércoles, 30 de noviembre de 2005

Capítulo Sexcentésimo quincuagésimo octavo: "Yo creo en las familias numerosas: toda mujer debería tener al menos tres maridos". (Zsa Zsa Gabor,1919, actriz húngara) Estamos a punto de entrar en el mes de la sutileza y/o diplomacia: mañana llega diciembre. Pocas cosas hay que pongan más a prueba la paciencia de uno que las innumerables e interminables reuniones en las que el personal se empeña en dar rienda suelta a una avalancha de "paces", "concordias", "amistades" y "armonías" que nunca demuestran el resto del año. El alcohol es lo que tiene. Y en la muy práctica línea de "tantos hombres y tan poco tiempo", un par de anécdotas de las que aprender a salir del paso de alguna de las situaciones más comunes que se nos van a presentar. Seguro. Primera: la protagonizada por la estrella de cine alemana, Marlene Dietrich. En una fiesta organizada con motivo de la navidad se topó con un conocido que se había quedado calvo y al que no reconoció. "¿No te acuerdas de mí Marlene?" le preguntó él. La actriz lo miró y lo remiró hasta que, por fin, se le iluminó el rostro, y le dijo "!Ay, perdóname! No te reconocía con ese peinado". Segunda: la protagonizada por los invitados a la cena de navidad de otra actriz, Helen Hayes, famosa por su fuerte carácter y por su poca maña para la cocina. A pesar de ello unas navidades decidió ser ella quien guisara para toda la familia. "Es mi primer pavo -les dijo-. Si no está bueno, no quiero oír ni una palabra. Os levantáis, calladitos, y nos vamos a un restaurante". Volvió diez minutos más tarde y todos seguían sentados en la mesa... pero con los abrigos puestos. Sutileza, diplomacia, y unas cuantas toneladas de paciencia. Falta nos va a hacer con el mes que se nos viene encima. ... "¡A buenas horas, mangas verdes!" Todos los "capítulos" de "tantos hombres y tan poco tiempo"

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