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jueves, 26 de enero de 2006

Capítulo Sexcentésimo nonagésimo: "Como Dios no exista estamos apañados. Pero anda que como exista". (Ed Cunningham, 1969, Bailarín y coreógrafo estadounidense) Ya les vale. Ahora van y se cargan de un plumazo la socorrida frase, verdadero himno de los más "desfavorecidos" que dice: "el tamaño no importa". Resulta que por ley (es decir porque a algún funcionario desocupado no pudo escribir en su blog aquel día no le funcionaba la "interné") en toda la Unión Europea cualquiera de las 40 variedades de frutas y verduras que se comercializan, tienen que tener un determinado tamaño. Las naranjas un diámetro mínimo de 5,3 cm; las manzanas de 5 cm, (6 para la variedad "superior"); los tomates redondos 3,5 cm (3 para los alargados) y los melones de 7,5. Para los calabacines cuenta sin embargo la longitud, mínima de 7 cm y máxima de 35 cm. No contentos con eso también imponen el peso: el mínimo permitido al kiwi es de 65 gramos, para los calabacines 50 gramos mínimo y 450 máximo, y para los melones 250 gramos. Y hasta se meten en el aspecto. Por ejemplo, en las naranjas la parte de color verde claro no puede superar 1/5 de su superficie. Lo reconozco por la parte que me toca, si resulta que empiezan a legislar si algo vale o no vale, sirve o no sirve, está bueno o no, solamente en función de su peso, tamaño o presentación sin tener en cuenta sus cualidades "intrínsecas" (aquello de la belleza está en el interior), algunos podemos empezar temblar. A veces hasta me pongo serio y me pregunto si somos de veras conscientes de en qué manos estamos. Dan miedo. ... una raza precoz Todos los "capítulos" de "tantos hombres y tan poco tiempo"

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