copia de seguridad

jueves, 1 de junio de 2006

Capítulo Septingentésimo sexagésimo noveno: "Todos los vicios, si están de moda, pasan por virtudes. (Jean Baptiste Poquelin -Molière-, 1622-1673, dramaturgo y actor francés) Con lo de la muerte -esta misma mañana- de Rocío Jurado, llevo escuchando en las emisoras de radio los típicos tópicos de las folclóricas, los matadores y sus correspondientes romancesdevalentias taurinos. Aprovecho la noticia -si blogger me deja que ayer no hubo manera- para, a pesar de ser de donde soy decir que un servidor no cumple con el tópico: no me gustan "los toros". De hecho nunca he ido a una corrida, ni tan siquiera he estado dentro de una plaza -ni ganas de estar- y se me hace difícil imaginar que lo que allí dentro ocurra sea una "fiesta". El toro del que he estado más cerca en toda mi vida pesa cuatro mil kilos, mide trece metros y medio, es de color negro zaino y tiene repartidos por el mundo otros noventa compañeros a los que se puede escalar, jugar, dormir, asaltar, circundar, agarrar, convivir, enganchar o trepar. Y están en su hábitat natural, donde deberían de estar todos, en el campo.
...un dormitorio para siempre Todos los "capítulos" de "tantos hombres y tan poco tiempo"

Archivo